Introducción
Nuria Morgado y Rolando Pérez
LA IDEA DE ESTE LIBRO empezó tras un simposio sobre literatura y filosofía que tuvo lugar el 3 y el 4 de noviembre de 2011 en el Graduate Center de la City University of New York (CUNY). Esta convención posibilitó un diálogo interdisciplinario dentro de los estudios hispánicos en general, presentando nuevas perspectivas filosóficas que ampliaban las posibilidades de acercarse a las letras y culturas hispánicas (literatura, imagen o artes visuales, política e historia) sin límites de géneros o épocas. Tras este diálogo se conformó esta antología con el propósito de reunir una serie de ensayos que, por una parte, se sirvieran de la filosofía como un instrumento crítico de acercamiento a las letras y culturas hispánicas de la modernidad y, por otra parte, señalaran filosóficamente las relaciones entre las diversas disciplinas que ponen de manifiesto la importancia del diálogo que suscitan estos encuentros interdisciplinarios. El resultado de las conexiones se podría sintetizar en nuevas perspectivas críticas, o modos de contemplar o considerar ciertos objetos de conocimiento en la práctica de los estudios que forman parte del constructo de la filosofía y culturas hispánicas.
“La filosofía siempre se ha hecho desde las afueras de la misma filosofía”, dice Deleuze. “Cuando uno logra trazar una línea puede decir: ‘esto es filosofia’. Y no porque la filosofía sea la reina de las disciplinas, la raíz última que contendría la verdad de todas las demás, ni tampoco porque sea una sabiduría popular sino al contrario, porque la filosofía nace o es producida desde el exterior por el pintor, el músico, el escritor […]” (Diálogos 84).1 Esto es precisamente lo que demuestra esta antología: que las relaciones entre la filosofía y las letras y culturas hispánicas, así como las aproximaciones filosóficas a las mismas, revelan lo que el filósofo francés afirma, que la filosofía siempre se ha hecho desde las afueras de la misma filosofía. Los ensayos aquí reunidos dan fe de ello: la filosofía puede surgir del ámbito de la literatura, el lenguaje, las artes visuales, la arquitectura o la política, y, por ende, del encuentro mismo entre las diversas disciplinas. Los textos de este volumen construyen a su medida un mundo, a veces real, a veces ideal, pero siempre con los cimientos del pensamiento filosófico, y extra-filosófico, como diría Deleuze. Algunos artículos son análisis extensos de obras literarias vistas a través de la filosofía, mientras que otros, siempre dentro de un marco filosófico, reflejan intereses por ciertos artefactos culturales dentro de su momento histórico. Se trata, en definitiva, de un viaje en el que el hilo conductor de todos los ensayos ha sido la manera heterogénea y variada de pensar las culturas hispánicas filosóficamente, con espíritu crítico y social.
Hemos estructurado el libro en las siguientes cuatro secciones: 1) Literatura peninsular y filosofía; 2) Literatura latinoamericana y filosofía; 3)Estudios culturales y filosofía; 4) Política, historia y filosofía. Las relaciones proporcionales de igualdad cualitativa se demuestran en las dos primeras secciones, y es que la relación entre estas dos disciplinas, literatura y filosofía, siempre ha sido dialógica, desde Platón hasta la actualidad. La primera sección, “Literatura peninsular y filosofía”, se abre con el ensayo “‘En ambas posaderas’: Sancho Panza y la parodia de Stirner en La ideología alemana”, de William Childers. Marx se sirve de la literatura en muchos de sus escritos y, sin embargo, la importancia de la literatura en su pensamiento apenas se ha estudiado. En este ensayo se demuestra que Marx empleó el personaje cervantino de Sancho Panza para criticar la filosofía de Max Stirner, uno de sus rivales en los círculos intelectuales alemanes, refiriéndose a él como “Sancho” o “Sankt Sancho” y equiparándolo con el papel de Sancho Panza con prolijidad. Se trata de un original análisis de este testimonio valiosísimo de la recepción del Quijote a mediados del siglo XIX. El autor expone la obvia familiaridad íntima que Marx exhibe con el Quijote y el tono mordaz de la sátira, y presenta respuestas al cuestionamiento sobre la interpretación marxiana del Quijote que emerge en este texto temprano. Asimismo, propone cómo debemos situarlo dentro de la historia de la recepción del Quijote. Al equiparar a Stirner con Sancho Panza, Marx abrió el camino hacia una lectura auténticamente post-romántica del Quijote.
El siguiente ensayo, “‘Anchura de velas’: El escepticismo dialéctico de Kant y Machado como modo de conocimiento”, Nuria Morgado argumenta que Antonio Machado se sirvió de la filosofía kantiana para llegar a su propia visión dialéctica del mundo. Siguiendo la metafísica kantiana de la Crítica de la razón pura y el pensamiento filosófico machadiano manifestado sobre todo en Juan de Mairena, este ensayo examina el escepticismo dialéctico de ambos pensadores como un modo de conocimiento, en el que se resalta el valor de la duda, las contradicciones y paradojas de la razón cuando se enfrenta a ciertos conflictos irresolubles de naturaleza metafísica. Ante tales antinomias o paradojas, ponen a prueba un escepticismo dialéctico que les empuja a la negación de lo afirmado como único modo de evitar una visión simplista y dogmática de la realidad, un medio para un fin que se dirige a aprehender válidas (aunque evasivas) verdades filosóficas, Se tiene en cuenta, además, la importancia del humor en el quehacer machadiano ya que el humor, como el discurso escéptico, parte de la contradicción entre intención y entendimiento, y las contradicciones señalan dialécticamente las bases de lo absoluto.
El escepticismo dialéctico de Kant y Machado da paso a “La “multiplicidad de los tiempos”: una propuesta inconclusa en Delirio y destino de María Zambrano”, de Goretti Ramírez. En su autobiografía Delirio y destino, compuesta desde el exilio en 1952 y publicada en 1989, María Zambrano proponeuna revisión de la concepción lineal del tiempo que la inserta en las preocupaciones de muchos de sus contemporáneos del siglo XX. En vez de relatar los hechos exclusivamente mediante la temporalidad lineal más propia del discurso historiográfico moderno pasado, presente y futuro, el libro de Zambrano propone una “multiplicidad de los tiempos”. Según la autora de este ensayo, el tiempo de Delirio y destino refleja la experiencia del sujeto exiliado para quien la historia y el tiempo lineal han sido manipulados por una dictadura. De tal manera, el tiempo del exilio se convierte en Zambrano en el tiempo de un devenir metafísico, sin fin o principio‒producto de la imaginación.
Cierra esta primera sección el ensayo de Guadalupe Arbona “Los pensares y sentires de Sören Kierkegaard en la obra de José Jiménez Lozano”, en el que su autora argumenta que Jiménez Lozano regresa a Kierkegaard para recuperar un sentido de religiosidad humanística en respuesta a la vacuidad de la posmodernidad. Se identifican tres puntos esenciales en los que se articula la presencia de Kierkegaard en Jiménez Lozano. En primer lugar, la crítica al periodismo como altavoz de ciertas presunciones culturales del mundo contemporáneo. En segundo lugar, Kierkegaard aparece en la obra del abulense como personaje y poeta. Esta personalización del danés son punto de partida de su pensamiento filosófico porque desde ahí nace y se entiende su manera de preguntarse por el ser de las cosas. En tercer lugar, Jiménez Lozano se apoya en la obra del danés titulada Los lirios del campo y las aves del cielo para desarrollar los elementos fundamentales de su poética, es decir, una definición del arte como respuesta a la realidad, fruto de un acto creador. Como señala nuestra autora, el Kierkegaard que le sirve de modelo a José Jiménez Lozano no es tanto el Kierkegaard filósofo como el Kierhegaard de los Discursos cristianos, es decir, el Kierkegaard olvidado por la posmodernidad.
La segunda sección demuestra también las relaciones proporcionales de igualdad cualitativa en ambas disciplinas: la literatura, en este caso latinoamericana, y la filosofía. En el ensayo “Cien años de amor libre: Roberto de las Carreras y el debate anarquista sobre la sexualidad”, de Marcos Wasem, se traza la importancia del concepto de la familia burguesa en las propuestas de Roberto de las Carreras sobre el “amor libre”. El autor del ensayo sostiene que su historia tiene mucho que ver con los debates sobre la sexualidad promovidos por el feminismo de primera hora que tuvo lugar durante el cambio de siglo, y que ha sido relativamente poco tenido en cuenta por los análisis feministas y los estudios de género de los años recientes. Por lo tanto, aquí se nos presenta una historia literaria de los discursos políticos sobre la sexualidad de finales del siglo XIX que enmarcan debates aún no resueltos. Las ideas de Engels y Emma Goldman influyeron en estos debates.
El siguiente ensayo, de Silvia Dapía, “Interpretación radical e intersubjetividad en ‘El etnógrafo’ de Jorge Luis Borges”, estudia el ideario de Borges sobre la palabra y la realidad por medio de la óptica del filósofo analítico, norteamericano, Donald Davidson. Se explora la experiencia del etnógrafo del texto de Borges a la luz de la teoría del intérprete radical de Donald Davidson− quien considera la situación de un lingüista que intenta interpretar una lengua hasta el momento desconocida−a fin de ver con mayor claridad los aspectos intersubjetivos y el papel de la realidad en la experiencia del etnógrafo borgeano. Según Davidson, para interpretar esta nueva lengua el intérprete debe asumir que la mayor parte de las creencias que atribuye al hablante son racionales. Esto se conoce como el “principio de caridad”, principio que elimina todo escepticismo y no entorpece el proceso de interpretación. La autora arguye que “El etnógrafo”− en donde se relata el éxito del protagonista en traducir la lengua y cultura de un pueblo hasta entonces desconocido‒ se aproxima al filósofo norteamericano “en tanto que el cuento parece afirmar la existencia de un mundo ‘sólido’, aparentemente indiferente a las indeterminaciones que presentan nuestras interpretaciones del mismo”.
Kant fue el primer filósofo en cuestionar las propuestas “dogmáticas” de la razón especulativa que pretendía entender la realidad más allá de la experiencia, como si el mismo lenguaje fuese reflejo directo de la cosa-en-sí, pensada, pero nunca experimentada. Desde entonces, a través de ciertos filósofos como Wittgenstein, hemos llegado a cuestionar el rol del lenguaje como espejo de la realidad y las mismas categorías filosóficas (sustancias, esencias, etc.) como explicaciones obvias y simples de lo imperceptible. Sin embargo, ya antes de Wittgenstein había filósofos como Fritz Mauthner que empezaban a cuestionar la hasta entonces incuestionable dimensión trascendental del lenguaje. En el ensayo “Pensar con palabras: Borges y la crítica del lenguaje de Fritz Mauthner” Alejandro Riberi promueve la tesis de que la crítica del lenguaje de Mauthner, en la que se propone demostrar la inadecuación fundamental del lenguaje como vehículo de conocimiento, permite entender no sólo el humus filosófico sobre el cual descansan muchas de las ficciones borgesianas, sino también cómo el dictum ‘Un libro es las palabras que lo componen’, parece extenderse a toda mediatización de la realidad por medio de símbolos o palabras; para Borges, ya que no sabemos qué es el universo, más allá de las palabras no hay un objeto real con el cual el texto puede ser cotejado. Por ende, al trazar esta importante línea de pensamiento entre Mauthner y Borges, el autor de este ensayo propone que miremos de nuevo a Borges, no tanto como un escritor metafísico, sino como un escritor post-kantiano, cuya filosofía del lenguaje y de la realidad se acercan a la de Mauthner, en relatos como “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” (Ficciones), “donde se puede ver […] la manera decisiva en que el lenguaje pre-informa la realidad, una tesis que deriva claramente de la crítica del lenguaje que el relato elabora con detenimiento”. Y así, el Borges de este ensayo es un Borges post-kantiano, escéptico, y quizás hasta postmoderno en cuanto a su relación con el lenguaje literario.
Se subraya en estas dos primeras secciones que, a fin de cuentas, las relaciones dialógicas entre la filosofía y la literatura son múltiples y omnidireccionales. Por una parte los filósofos recurren a la literatura para montar sus argumentos (p.ej. Marx), y por otra parte los escritores se nutren de los filósofos para darle una base filosófica a sus obras (p.ej. Machado o Jiménez Lozano). Asimismo, el análisis crítico, literario y filosófico, se ocupa de sugerir puentes de encuentros entre las dos disciplinas (p.ej. Borges: Donaldson o Mauthener: Borges).
La tercera sección, “Estudios culturales y filosofía”, recoge una serie de textos que tratan con el aspecto filosófico de los estudios culturales hispánicos. Todos estos artículos representan aproximaciones filosóficas a múltiples productos culturales, (poesía, comics, graffiti, arquitectura). No es de olvidar que los estudios culturales son estudios de análisis sintéticos de índole antropológica, y que desde el principio ha habido una relación entre la antropología (qua el estudio cultural de las prácticas sociales y las costumbres a posteriori) y la filosofía. El ensayo de Adrián Izquierdo, “Espejos barrocos en ‘O Retrato de Dom Luís de Gôngora’”, destaca la influencia de la obra y la figura de Luis de Góngora no solo en la producción lírica peninsular, sino también en toda la América de habla española y portuguesa, y se centra en el poema “O Retrato de Dom Luís de Gôngora”, del brasileño Horácio Costa (São Pablo, 1954), como una muestra más de la significación de la obra gongorina en la tradición lírica de nuestros tiempos. Aquí nos recuerda el autor que la mirada transatlántica es, como ya la había denominado Severo Sarduy, esencialmente neo-barroca, y se refiere al pastiche cultural que caracteriza el neo-barroco. “Horacio Costa, valiendo quizá de lo que Sarduy sintetiza como los cuatro conceptos que emanan del barroco‒juego, pérdida, desperdicio y placer‒construye un poema lúdico e intelectual hecho de fragmentos dispares, arabescos, bifurcaciones, superposiciones y alusiones que como un espejo refleja las formas y preocupaciones tanto del barroco histórico como del arte contemporáneo”, concluye nuestro autor. El episteme neo-barroco de Costa, por lo tanto, es uno de rupturas y líneas de fuga que eluden un significado fijo: donde lo real es lo banal.
Le sigue el ensayo de Laura Sández “Mafalda: La historieta como historia en sus usos y desusos”‒qua cultura popular de contestación política al Estado‒, en donde se exploran los espectros de significado que la historieta Mafalda (de Quino o Joaquín Lavado, publicada 1964-1973) utiliza en sus juegos con el lenguaje y que contribuyen a la elasticidad de conceptos e ideas al ser leídas y/o parafraseadas en la vida cotidiana. El hecho de que los hablantes son niños y el principal objetivo es la risa, contribuye a esta posibilidad de interacción y juego con el lector. El valor que la autora de este ensayo atribuye a Mafalda se relaciona con la forma de integrar y articular el lenguaje de una forma creativa que provee recursos para procesar desacuerdos. La acción política del texto no está relacionada con la denuncia discursiva del status quo, sino con el proceso de diálogo y cuestionamiento interno que produce en el lector. El ensayo nos hace pensar en la importancia del marco, o si se quiere, el contexto formal que determina la recepción de un enunciado, como diría Severo Sarduy, “disfrazado”. Porque es el mismo “disfraz” de Mafalda qua “cómics” que posibilita un enfrentamiento excéntrico de la política estatal, que no se hubiera podido llevar a cabo, literalmente, de otra forma.
El ensayo titulado “Un Museo de Grandes Novedades. Notas para una filosofía crítica del boom inmobiliario y de la estética monumental de la crisis: de la imaginación de la ruina neoliberal a las poéticas del pensamiento cívico radical. España 2008-2012”, de Germán Labrador, hace un lúcido, sutil y perspicaz análisis sobre el graffiti como un grito en contra del neo-liberalismo que llevó a la crisis inmobiliaria. “En el cruce entre filosofía, literatura y artes visuales, este texto se pregunta por un campo en conformación de prácticas y saberes vinculados a la experiencia colectiva de la temporalidad de crisis en la España de hoy (2008-2012) […]” dice el autor sobre su artículo. La filosofía estética referida al imaginario arquitectónico y urbanístico del país, corresponde hoy en día, primero, al crecimiento exponencial durante la década de la especulación inmobiliaria, y luego a la “crisis” que resultó de la misma. Desde ciudades vacías hasta aeropuertos construidos pero nunca usados, todo esto remite a una estética arquitectónica y urbanística de “ruinas modernas que, irónicamente, se encuentran en perfecto estado de conservación”. Estudiando la construcción, moralización y circulación de esta particular estética de la ruina, el autor propone algunas posibilidades de lectura de estos emblemas a través de prácticas estéticas que inflexionan sus significados públicamente y en el interior de dispositivos articulados de pensamiento crítico. En este ensayo, Germán Labrador analiza dos graffiti como casos de estudio. El graffiti, según el autor es algo como un grito, una marca final “en el centro de una galaxia que todo lo devora y lo vomita”.
Cierra esta sección el ensayo “Filosofía urbana y movimiento (disciplinario): El pensamiento lefebvriano (bergsoniano) de Manuel Delgado Ruiz”, sobre la política de urbanización en ciudades ibéricas como Madrid y Barcelona, visto desde la óptica de Henri Lefebvre. Benjamin Fraser explora la importancia del movimiento para la filosofía urbana de Manuel Delgado Ruiz−primero destacando su resonancia con el pensamiento espacial lefebvriano y luego sugiriendo la compaginación de la filosofía urbana con acercamientos literarios y culturales que siguen enfatizando la importancia del texto artístico. Fraser entiende la idea de la “urbanización” como un espacio geoeconómico que excluye a los ciudadanos, o a los “users” de las ciudades‒ como Barcelona−para privilegiar a los tecnócratas, especuladores, e impresas inmobiliarias. Una vez más, en las palabras de Deleuze y Guattari, lo que se arguye en este ensayo es que los flujos de las ciudades son territorializados por la economía capitalista para crear “lo urbano” según “los intereses del capital”−la ciudad perfecta es la ciudad capitalista.
La cuarta sección, “Política, historia y filosofía”, se enfoca en cuestiones de la política e historia a través de una óptica filosófica. El ensayo de Linda Martin Alcof, “La transmodernidad de Enrique Dussel”, presenta un argumento en defensa del concepto de transmodernidad de Enrique Dussel. El concepto de transmodernidad rompe con la noción eurocéntrica de la “modernidad” y sirve para iluminar el problema de la colonialidad del poder en los estudios poscoloniales hispánicos. La modernidad o transmodernidad, tal y como lo propone Dussel, es el resultado del encuentro que tomó lugar entre europeos y no-europeos en 1492. Fue en ese momento en que Europa se convirtió en una Europa moderna. Es decir, Europa no civilizó al mundo amerindio para hacerlo moderno, sino que se constituyó una Europa moderna por medio del encuentro con el Otro no europeo. Como se afirma en el ensayo: “De esta manera, Dussel presenta la idea de lo transmoderno como una idea que tiene tanto de inclusividad como de solidaridad: es inclusiva de múltiples modernidades sin asumirlas bajo una semiosis de lo mismo, y ofrece solidaridad en lugar de jerarquía, una solidaridad que se extiende incluso a la modernidad europea”.
El siguiente ensayo, “La teología de liberación de César Vallejo vista a través de la ética del Otro de Emmanuel Lévinas y Enrique Dussel”, de Rolando Pérez, versa sobre la preocupación del poeta peruano por el Otro (los indios, los pobres, los explotados y oprimidos), y coincide con la formulación de Lévinas de una ética del Otro. La primera filosofía, dice Lévinas, no es la metafísica sino la ética. La llamada del Otro es una llamada por la justicia económica, como se puede ver en tantos poemas de Vallejo, y si hay una esperanza por un mundo mejor, en donde la explotación deje de existir, tanto para Vallejo como para Lévinas, las respuestas están en el mismo ser humano y no en Dios. ¿De qué nos sirven hoy en día los ideales filosóficos de Lévinas, de Dussel (que hace del marxismo una ética), y de Vallejo? Según el autor de este ensayo, en reafirmar la importancia del Otro oprimido y la justicia en un mundo frío que ha dejado de pensar y tomar responsabilidad por los más vulnerables.
Pero la filosofía, como cualquier otra disciplina, corresponde a una institución, a la institución académica, y como ha señalado Foucault, un discurso disciplinario es un discurso de poder. El artículo “Escolasticismo oficial y scholasticismo alternativo: politización y despolitización en la filosofía académica del franquismo”, presenta una genealogía de la enseñanza de la filosofía en el mundo académico durante el franquismo. José Antonio Losada examina las posiciones de poder a favor y en contra de las posturas filosóficas del franquismo y los cambios que empezaron a tomar lugar a mediados de los años 60, a través de una crítica del escolasticismo medieval, aún vigente y mantenido por sectores de la derecha católica. Como señala su autor, la exclusión de España de la ONU en 1945, hizo que el gobierno de Franco colocara “a sus agentes en los puestos de dirección del nuevo estado”, entre ellos en la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, con la meta de propagar una ideología netamente católica, tradicionalista, y derechista. Este ensayo representa una contribución a la historia de la filosofía contemporánea peninsular.
Cierra la sección el ensayo de Oswaldo Zavala “Mímesis y narcopolítica: la relevancia crítica de la narrativa mexicana contemporánea”. El autor señala que la producción literaria (de narconovelas) y de cultura popular, como son
los narco corridos, ha servido para legitimar los mitos del Estado representados maniqueamente como “la verdad trascendente”. Como contra-respuesta a tal concepto de la verdad, Zavala sugiere el modelo de Badiou del arte como un procedimiento de verdades éticas, pero siempre situacionales, que reflejan un cierto conocimiento igualmente inmanente. El autor concluye: “Contra estas condiciones míticas del fenómeno, una verdadera narconovela dejará finalmente de objetivar al narcotráfico como agente independiente del poder en México y propondrá en cambio una cuidadosa relación histórica de su ascenso dentro de ese poder, el narco como el poder mismo”.
En resumen, el hilo conductor de ensayos tan heterogéneos como “Borges y la crítica del lenguaje de Fritz Mauthner”, o “Filosofía urbana y movimiento (disciplinario): El pensamiento lefebvriano (bergsoniano) de Manuel Delgado Ruiz”, es el acercamiento filosófico a los textos, en un encuentro en el que cada uno de ellos se comunica con los otros de manera, como diría Deleuze, completamente rizomática. La riqueza de esta antología reside en la rigurosa multiplicidad de las propuestas y las aproximaciones de los autores, es decir, la diversidad de enfoques críticos. Estos artículos, como ya hemos dicho, señalan relaciones completamente originales, que hasta ahora nadie había propuesto entre la filosofía y las diferentes disciplinas de las letras (hispánicas), como la literatura y los estudios políticos o culturales. De igual importancia, es el uso de la filosofía que hacen algunos de los ensayos en esta antología para esclarecer el pensamiento filosófico de ciertos escritores y poetas peninsulares e hispanoamericanos.
Esta antología llena un vacío en el ámbito de los estudios de filosofía y culturas hispánicas. La singularidad de este volumen se destaca por el rigor y las innovaciones analíticas de sus múltiples perspectivas. Consecuentemente, Filosofía y culturas hispánicas: Nuevas perspectivas, abre el camino a nuevos enfoques de investigación y espacios de pensamiento, y se presenta como un libro de referencia para todas las personas interesadas en los estudios sintéticos y comparativos dentro de las letras y culturas hispánicas. Una antología de la que se pueda servir la enseñanza, la promoción y la investigación del conocimiento humanístico en general e hispánico en particular.