Economía de la Confianza
De tanto leer y ver documentos sobre la concentración del poder económico y político hemos terminado por dejar de ver la convergencia que ellos tienen.
Cuesta lograr una idea que explique los titulares de prensa sobre la crisis en Europa, los esfuerzos que hace USA y la relación con crisis como la llamada “primavera árabe”.
Los costos monetarios de los fondos de pensiones, los ahorros y ajustes en países como Grecia, Italia o España, así como las muertes de “rebeldes” en el mundo árabe, que al mismo tiempo se filtran en los textos de prensa como “mercenarios”, dejan un saldo de inquietud, duda y desconfianza.
La crisis del sistema financiero, que se hizo visible en 2008, sigue teniendo, como en los terremotos, réplicas que se manifiestan en conflictos sociales y en una situación de inestabilidad que tiende a la generalizarse.
El ciudadano universal se da cuenta que algo no funciona, que la representación formal de sus parlamentarios no le interpreta, y, que la diferencia entre libertad y derecho en los textos legales, abre un abismo entre la Libertad y la Igualdad.
El sistema neoliberal cae, y, en su caída, arrastra la confianza.
Los medios de comunicación han dejado de ser desde hace muchos años, portadores de verdades y certezas. Sirven a grupos de poder, manipulan e intervienen la realidad.
La verdad se encuentra en la necesidad de las personas y sus familias, se verifica en el día a día de crecientes complicaciones para logros mínimos como el acceso a los alimentos, pagar la medicina o la educación en países de neoliberalismo extremo como Chile.
La economía no funciona, la sobre explotación de recursos naturales, de la flora y fauna, y del hombre, de los millones de trabajadores son la instancia que permite hacer más riqueza a los pocos grupos de poder y dejar a las grandes mayorías sin acceso a bienes vitales, con ingresos insuficientes para cubrir el costo de sus necesidades elementales.
Han globalizado la explotación hasta de la persona humana y, antes de finalizar el ciclo neoliberal, deberán aceptar el desafío de los cambios de energía que comprometen los modos de producción y de vida.
Después de la crisis, de la situación actual, las alboradas serán la solidaridad, el respeto a la naturaleza y sus ciclos.
La estabilidad post caída del neoliberalismo tendrá, sin duda, un nombre que hará pensar en la economía de manera diferente: el bien de mayor valor deberá ser la confianza.
Samuel Jiménez Moraga: Soy un Consultor. Mi trabajo principal es Asesor de Empresas La Discusión de la Universidad de Concepción. Pienso que basta con decir Consultor, lo otro es muy largo. Tengo estudios de sociología en la Universidad de Concepción Soy Asesor y Consultor de Empresas La Discusión, Consultor del Consorcio Agrícola del Sur, Consultor de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Columnista del diario La Discusión Escritor: tengo dos publicaciones registradas: “Prologo” y "De frente y Perfil".