Gobierno del pueblo
Por Samuel Jiménez Moraga
Antes y después de las crisis, se reúnen o forman grupos para analizar los acontecimientos, observar los efectos y definir los “caminos correctos” para países y personas. Para los ciudadanos que viven, trabajan, no participan de las decisiones ni generan demandas claras, organizadas y potentes; son esos grupos los que definen el deber ser de las cosas, las instituciones, sus objetivos y finalidades.
La creación del Fondo Monetario Internacional, banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo,las Naciones Unidas, el Grupo de los 8 y de los 20,formado ahora,en relación a la presente crisis, son una parte del listado de instituciones,organizaciones,que con un discurso de presentación,evidentemente relacionado con una virtual aspiración y contribución al “bien de la humanidad”,hacen de ellas las herramientas formidables para ejercer dominio, concentración de poder político y económico en los países y dan los pasos necesarios, para establecer en el instante preciso,un gobierno global, capaz de dar sentido práctico a la idea ,ya mencionada, de un “nuevo orden mundial”
En países como Chile, la participación del mundo del trabajo, de productores y trabajadores, ha sido celosamente marginada de las instancias de decisión y su participación corresponde claramente a la que puede tener un pueblo en estado de ausencia del poder. En su nombre pero sin su participación, esa ha sido la línea de conducta de los grupos de control a lo largo de la historia.
El gobierno militar y la administración del Estado por la Concertación y la derecha, han tenido definiciones que aparentemente los muestran como diferentes y que en la práctica han sido un trazado común con distintazas instancias y roles.
El trazado común es el reconocimiento del mercado como concepto rector, los traspasos a manos privadas de bienes y servicios del Estado.
Todo se paga, porque nada es de los pueblos y el Estado comprometido por su ausencia, es un concepto que en todos los países tocados por la actual crisis, deja ver la falta de participación de sus propios pueblos en la definición de sus intereses.
Si después de la crisis actual, de sus efectos que serán profundos, las comunidades nacionales logran asumir un rol propio, definido y asumido por ellos, que logre crear una institucionalidad que les permita recuperar bienes y servicios, discutir y acordar una constitución que interprete sus derechos y deberes.Recuperar el control y la responsabilidad en los sistemas educacionales, de salud,trnasportes y energía.Asegurar la protección del medio ambiente y ofrecer posibilidades de participación del capital privado de una manera tal que siempre quede claro que el ánimo del dueño,es de sus pueblos.
La organización de un movimiento social, potente y soberano, debe ofrecer a los partidos políticos, la posibilidad de participar, reconociendo igualmente que “el gobierno es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Si ese nuevo rol surge después de la crisis actual y se crea este otro orden mundial; bien vale cada día de espera.Hacer de la democracia, realmente, el gobierno del pueblo.
Samuel Jiménez Moraga: Soy un Consultor. Mi trabajo principal es Asesor de Empresas La Discusión de la Universidad de Concepción. Pienso que basta con decir Consultor, lo otro es muy largo. Tengo estudios de sociología en la Universidad de Concepción Soy Asesor y Consultor de Empresas La Discusión, Consultor del Consorcio Agrícola del Sur, Consultor de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Columnista del diario La Discusión Escritor: tengo dos publicaciones registradas: Prologo y "De frente y Perfil".